viernes, 14 de diciembre de 2007

Fuego amigo



¿Habéis tenido ocasión de echarle un ojo al nuevo programa musical de TVE, No disparen al pianista? Pues si os interesa ya podéis correr porque, cumpliendo los malos augurios de su título, muy posiblemente le queden dos telediarios. Es uno de esos de actuaciones en directo, reportajillos, entrevistas y coloquio… Empezó el jueves 6 y la cadena no ha tardado una semana en cargarse al eslabón más débil y rebanarle el pescuezo al director y padre del proyecto, Santiago Alcanda, veterano de la movida, miembro fundador de Gomaespuma, periodista musical con solera, coordinador de El séptimo de caballería (aquel programa de colegueo de Miguel Bosé que el director de TVE se ha llenado la boca citando en la promociones como modelo de excelencia a imitar) y reciente incorporación a Radio 3 donde tiene un excelente programa de actualidad a las 22.00 de lunes a jueves llamado Tresfusión.

El primer Pianista (con actuaciones de Juanes, Diana Navarro, Marlango y Mala Rodríguez y dos minireporreportajes sobre Rufus Wainwright y la excursión de Eduardo Noriega por una tienda de discos) se emitió a las 22.00 en mitad del puente de la Constitución, compitiendo con la muerte de Franco en la Primera, Gran Hermano en Telecinco, Peliculón en Antena 3, reposición de House en Cuatro, fútbol en la Sexta, y tuvo un 2% de share, vamos, que lo vimos cuatro colgaos (aunque tuvo buenas críticas). No estuvo mal, podría haber estado mejor; el sentido común aconsejaba esperar y ver...

Pero los directivos de la Tele Pública son superseres más allá de nuestra comprensión y nuestra geometría (y con un sueldo en proporción), que se mueven a voluntad a través del tiempo y el espacio y no necesitan siquiera dos puntos de referencia para trazar una recta en una gráfica. Ellos comprendieron al instante que ese programa al que acababan de dar luz verde iba derecho al abismo y por eso ya en el segundo que emitieron anoche (grabado todavía bajo la dirección de Alcanda) se pudo apreciar un firme golpe de timón. Partiendo de un cartel impresionante con la presencia de Pereza, Quique González, Lagartija Nick y Amaral, y poniendo en práctica la máxima de que lo bueno si breve gana mucho, el previsto programa de una hora se quedó en 30 minutos de reloj, rellenando el resto hasta las 23.00 con anuncios propios de estas entrañables fechas. Al menos no se cayó del montaje el publirreportaje de Edu Soto seleccionando discos por el Corte Inglés (con bastante gusto, lo admito). Son tan susceptibles, estos patrocinadores…

Jugando yo también al joven Rappel, me atrevo a aventurar la siguiente predicción: Tras una breve agonía paseándolo por la parrilla, retirarán No disparen al pianista, dejarán pasar siete u ocho meses, quizá más, hasta que se enfríe el asunto o cambien los culos de las poltronas, y volveremos a oír esa historia de la falta que hacía un programa musical de calidad en la tele pública, eso del escaparate para los artistas, que hay que responder a las demandas del público joven y fomentar la música como valor como antídoto contra el pirateo …

Algunos de los que han dicho estas cosas tan graciosas son los mismos que se cargaron Ipop (informativo musical diario mucho modesto y económico, exactamente el tipo de programa musical que tiene lógica como apuesta a medio plazo) por su escasa capacidad para competir contra el telediario. En esa interesadamente ambigua idea de servicio público que manejan los que cortan el bacalao en Prado del Rey, los únicos espacios que al parecer se sienten obligados a defender al margen de su rentabilidad inmediata son la misa de los domingos y la felicitación navidadeña de Su Majestad.

Igual de fácil de adivinar era que escoger a un exitoso ejecutivo televisivo como ese tal Fernández para dirigir la radiotelevisión pública era como poner al lobo a cuidar del rebaño porque su currículum dice que tiene experiencia con corderos... Pues nada, entre que el ilustre presidente de la Corporación RTVE y su acólito Mr. Pons terminan de aplicar a su nuevo destino la valiosísima experiencia adquirida en Telecinco y las teles de EEUU, mi consejo para futuras intentonas de programas musicales es que encierren en un estudio a Melendi con Amaya Montero, Ramoncín y Luis Cobos y pongan cámaras hasta en el baño. Y que se metan la coartada cultural donde les quepa.

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