Andrés Calamaro, con su traje impecable y sus gafas de sol de medianoche, se mueve y suda bajo los focos con los gestos espasmódicos de un James Brown con artrosis o un Chiquito de la Calzada de ensortijada melena. En un momento dado está claro que le posee el espíritu de Mick Jagger, pero sospecho que el resto del tiempo este Calamaro tan teatral, en la cima de sus poderes, lejos de imitar a nadie en concreto (¿Elvis? ¿Jim Morrison? ¿Raphael? ¿Manolo Escobar?), interpreta para nosotros un arquetipo, la personificación en carne mortal del Cantante.
El kamikaze lanzado en barrena por la pendiente de la autodestrucción artística y personal de mediados de los 90 parece haber recuperado plenamente el equilibrio (La lengua popular es un disco feliz -y bueno a pesar de ello) y para su primera gira en solitario en casi 10 años (tras el precalentamiento del pasado verano junto a Fito y los Fitipaldis), Calamaro se ha metido con celo inusitado en su papel de profesional de la canción; imbuído de aquella ética del trabajo sobre el escenario que proclamaba Neil Young en Ten Men Workin´, el argentino cumple con casi tres horas de actuación deslumbrante (prácticamente sin pausa entre tema y tema) regalando al respetable una exhibición brutal de maestría musical y de facultades vocales francamente pasmosas. Al día siguiente él mismo escribe en su blog que el concierto del 16 de junio en Pamplona probablemente sea “uno de los mejores de su vida”. ¡Vaya!
Lo mismo podríamos decir nosotros... Por aquí no estamos acostumbrados a semejante espectáculo de luces, a un muro de sonido tan tremendo ni a invitados de tanto lustre como Jaime Urrutia o el Niño Josele (con el que Calamaro se marca unos interludios tangueros como para poner la piel de gallina). Y lo fundamental, pocos repertorios de canciones en castellano habrá a la altura del de Calamaro (y tocan más de treinta: El salmón, Los chicos, Clonazepán y circo, El día de la mujer mundial, Los aviones, Estadio Azteca, Crímenes perfectos, Flaca...) y esta noche, con la ayuda a los coros de 4.000 espontáneos, han sonado mejor que nunca.
Crónicas y muchas fotos del concierto en Camisetas para todos.com (página no oficial de Calamaro).
La versión del artista:
http://www.calamaro.com/ac/ac.asp
Anoche tocamos en Pamplona, con frio y con gloria ..
Vino Jaime y vino Niño Josele y tocamos (cantamos) todo lo que podemos dar de nosotros ... Lo senti buenisimo y tenia caudales de pirotecnia vocal, ademas tocar rodeado de cracks es un lujo y mayor motivo para intentar cantar animalizado.
Ideal el final del principio ... (del tour por la peninsula y las islas, las españas) probablemente, uno de los mejores conciertos de mi vida !!
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