lunes, 28 de enero de 2008

Libanesas desesperadas


Quién iba a pensar que la primera película libanesa que consigue repercusión internacional iba a parecerse tanto a las comedias barcelonesas que nos pone en Versión Española Cayetana Guillén Cuervo. Tan importante es lo que cuenta una película como lo que calla y Nadine Labaki, directora, protagonista y coguionista de Caramel, deja fuera del plano toda esa mierda política de guerras civiles intermitentes y ataques terroristas día sí día también para hablarnos de la vida de cinco o seis mujeres que frecuentan una peluquería de Beirut y cómo se enamoran, se desenamoran, ríen, lloran y les multan por no ponerse el cinturón. En su contexto, esa voluntad de hablar desde la normalidad cotidiana puede resultar encomiable y hasta subversiva (como lo debe de ser también sacar una lesbiana o hablar de operaciones de reconstrucción de himen, supongo) pero para el espectador foráneo el resultado es extrañamente blando y convencional, vagamente entretenido pero un tanto rutinario. Lo mejor, alguna costumbre local curiosa (siempre se aprende algo) y la vieja chiflada que recoge papeles por la calle.

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