domingo, 28 de septiembre de 2008

Cantando contra la corriente


La relación entre música y política se remonta a un tiempo anterior incluso a la famosa escena de Apocalypse Now en la que Robert Duvall manda a los helicópteros a bombardear napalm por la selva vietnamita al son de la Cabalgata de las walkirias. Todo artista (músico, actor o mimo callejero) que se pronuncia políticamente suele acabar acusado de egocéntrico lameculos o de hipócrita y cínico que sólo busca la atención mediática. Aparentemente la fama y la proyección pública de la que disfrutan les han sido otorgadas con la condición de que no las utilicen en nada más polémico que ejercer de jurado en un concurso de la tele. Después de todo, ellos no son como nosotros, no viven en comunidad sino en el dorado limbo de las criaturas de fantasía desde el cual, según algunos, no tienen derecho a asomarse.

En la gira de 2006 por los EEUU de Neil Young con Crosby, Stills y Nash llamada Freedom of Speech Tour, un porcentaje apreciable del público de los estados del sur, fans de toda la vida, abuchean al grupo y abandonan furiosos el recinto (“Fuck you, Neil Young”) despotricando contra esos cuatro veteranos músicos que se han atrevido a cobrarles por ensuciar sus oídos y sus mentes con sus canciones contra la guerra de Irak y Bush jr. ¿Ganó más fans Neil Young de los que perdió con esta gira basada en su airado disco-protesta Living with war? Los cínicos dirían que le sirvió para actualizar su mensaje y volver a conectar con las generaciones más jóvenes a base de demagogia. Sin embargo, después de ver CSNY: Dèja vu (documental que recoge las incidencias de esos meses dirigido por el propio Young) es difícil creer que su ira, la indignación contra las mentiras del gobierno y todo el mal que han traido sean otra cosa que genuinas. Aquí no hay cálculo ni estrategia, sino un cabreo monumental que le sale del alma.

Young no es exactamente un peligroso izquierdista: lo mismo enemigo de Nixon que admirador de Reagan, sus opiniones políticas parecen tirar más bien hacia el conservadurismo de la vieja escuela con ascendencia ecologista, pero su postura sobre el drama de Irak no es diferente a la cualquier espectador medianamente informado que a esas alturas no se hubiera dejado cegar por la propaganda o el sectarismo. Resulta que algunos de los viejos hippies que protestaron en los 60 contra Vietnam no tenían las neuronas tan dañadas como para no estremecerse por las semejanzas y la increíble arrogancia histórica de la actual administración para volver a tirarse de cabeza a otra guerra de ocupación en territorio hostil.

David Crosby, Stephen Stills, Graham Nash y Neil Young estaban allí y todavía se acuerdan porque por entonces crearon varios de los himnos antibelicistas más conmovedores y /o combativos que se hayan escrito; cuarenta años después Neil Young, su componente flotante y lider indiscutible, los convoca de nuevo para una misión muy parecida, poner voz a una opinión impopular (pero creciente) que el poder trata por todos los medios de silenciar. Viejos, gordos, calvos con melena, los viejos hippies (nunca retirados pero muy lejos de sus tiempos de activismo) vuelven a la carretera para criticar la carnicería inútil y las obscenas coartadas que la amparan, y uno se pregunta dónde estaban los jóvenes que deberían estar haciendo este trabajo en lugar de dejarles la papeleta de abrir brecha a estos cuatro héroes cansados (unos más que otros). Hay algo mítico y espectral en la figura oronda y pálida de David Crosby, con su camisa hawaiana , su bigote de pionero del Far West y sus melenas al viento, cantando con su vocecilla estremecedora por una América distinta y mejor, quizá a estas alturas una reliquia o un simple sueño del pasado.

La película (proyectada fuera de concurso en el Festival de San Sebastián el pasado martes) quizá abarca más de lo que puede digerir en sus breves noventa minutos: sigue la gira y la polémica que la acompaña, recoge las críticas de todo pelaje que les llueven, recaba las opiniones de los espectadores (algunas bastante aberrantes como la de ese que dice que no hay que criticar al gobierno porque ellos saben más que nosotros), cuenta el caso de un veterano de Irak convertido en cantante revelación gracias a la página web de Young, y da la palabra a los propios militares, que son los más duros con la situación sobre el terreno. Se echa en falta quizá un poco más de contexto por el lado musical (se menciona el caso de las Dixie Chicks, cantantes de country crucificadas y censuradas en todo el país por haberse atrevido a criticar a Bush en un concierto en Inglaterra), así como algo más de protagonismo para los propios integrantes de CSNY; aquí hay material dramático para una gran historia estilo “la última misión de los 12 del patíbulo” pero el director Young huye como del diablo de cualquier intento de mitificación. El único que reflexiona en voz alta sobre el significado de lo que están haciendo es Stephen Stills, quien no le da la menor trascendencia y lo describe irónicamente como un simple divertimento que no cambiará la opinión de nadie. Seguramente no, pero sin duda muchos de los ya convencidos habrán agradecido el ejemplo; y en todo caso queda la música, como decía Aute. Una música que pone los pelos de punta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía me sorprenden estas demostraciones de ofensa .. odio la cultura del usuario que se expande como un tumor una cultura del idiotismo, del pensamiento débil.. Esta gente que se cree que cuando pagan pueden exigir lo que quieran. Piénsenlo bien, si ustedes pagan y reciben dos hostias a lo mejor le han suministrado un servicio de enorme valor educativo.

¿No puedes publicar los dibujos en formato más grande? Ya sé que se pueden pinchar, pero es que estaría bien que el formato de la página fuera más amplio.
Este es para poner de fondo de escritorio..

Alberto Tejero Villalobos dijo...

Nada de esto se arreglará hasta que todos los actores y cantantes sean virtuales y made in Taiwan (paciencia, están en ello).

¿No te parece ya bastante grande la versión ampliada del dibujo, o te refieres a que el formato no se ajusta a las medidas de un fondo de escritorio? Si es por eso, aquí la puedes descargar en proporción 3x4:
http://img229.imageshack.us/img229/8788/crosbyyoungxlqs0.jpg

Anónimo dijo...

No, me refiero a que cuando abres el blog el dibujo queda un poco encajonado, pequeño, que no se aprecia bien hasta que pinchas en él. ¿No es posible cambiar las medidas del blog para que los dibujos se vena más grandes?

Alberto Tejero Villalobos dijo...

Ah, ya. Tú lo que quieres es hacerme trabajar.