Ayer, durante un minuto, Muchachada Nuí se hizo mayor, dejó aparte las chorradas y nos hizo un sketch elogiando las virtudes de Mediamarkt. El gañán Marcial y el listo de su cuñado se juntaban para ver un partido y al final decían eso de "yo no soy tonto"... Inesperadas servidumbres de la tele generalista.
Bueno, ¿y qué? Todos los programas lo hacen, estamos hartos de ver a los personajes de cualquier serie fingiendo devoción por tal o cual marca de embutidos, o de verles enseñando a cámara como quien no quiere la cosa sus antihemorroidales favoritos por el lado de la etiqueta; cualquier resquicio es bueno para vender publicidad, y hay que estrujarse las meninges y revolverla cada día más con el contenido porque ya se sabe que entre el zapping, los programas grabados y los descargados de internet, el espectador cada vez tiene menos tolerancia para los cortes publicitarios (y Muchachada Nui será uno de los programas más vistos en Youtube pero su audiencia en la 2 sigue siendo más bien mediocre). Alguien, quizá, en la tele de todos, se ha puesto nervioso. Bofetada de realismo sucio…
El negocio es el negocio pero supongo que simplemente esperaba un poco más de escrúpulos de este grupo de frikis albaceteños orgullosos y asilvestrados (que por cierto, y al margen del tema de hoy, vienen haciendo un programa magnífico, una cosa no quita la otra, los tíos están inspirados) que de Aida, Yo soy Bea o cualquier producción de Jose Luís Moreno ¿Se habrán resistido heroicamente hasta el límite de sus fuerzas o habran saltado de alborozo ante la oportunidad del patrocinio? Me gustaría saberlo… Entre tanto, según mis últimas noticias, todavía nadie ha obligado a Javier Marías a incluir en mitad del tomo tres de Negra espalda del tiempo una capítulo a color anunciando té Lipton.
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