miércoles, 27 de febrero de 2008

La resaca


Vale, pues sí, una ceremonia desangelada, con demasiados clips antológicos de relleno, sin aparente hilo conductor y con un presentador con buenos chistes pero al que se veía insignificante y muy solo en medio de un escenario fastuoso tan poco aprovechado. Lo mejor, los premios.

Unos premios muy bien repartidos, ciertamente muy europeos y bastante bien dados por mucho que no hayan terminado de acertar al 100% con mi quiniela de favoritas. En mejor película animada, por ejemplo, yo iba con Persépolis (vencedora moral) que no ha conseguido hacer descarrilar a la locomotora de Brad Bird, porque Ratatouille es una película espléndida pero es exactamente la típica película que a estas alturas uno espera de Pixar. Respecto a la mejor actriz principal, no he visto La vie en rose así que supongo que Marion Cotillard estará tan bien como nos cuentan, pero Ellen Page (Juno) ha sido la revelación de este año así que ¿por qué esperar a que crezca?
Se siente también por Alberto Iglesias, que nunca se lo creyó mucho de todas formas, por Tom Wilkinson, que está fantástico en Michael Clayton (comiéndose él solito la película), y por el veterano Hal Holbroock, secundario en tantas películas al que seguramente ya no le quedan muchas oportunidades para ganar, pero es que estos dos competían contra un Bardem que venía sobrado (y que hizo el mejor discurso de aceptación de la noche).

Sorpresa relativa, los tres premios técnicos para El ultimátum de Bourne (bastante indiscutibles). Muy bien lo de Tilda Swinton, Daniel Day-Lewis y Diablo Cody (qué personaje; si Juno solo tenía que llevarse un premio, no podía ser otro que mejor guión original). Y lo mejor de todo, Ethan y Joel Coen subiendo tres veces al escenario para llevarse entre los dos seis estatuillas (negocio redondo). Desde que vi Arizona Baby yo de mayor siempre he querido ser los hermanos Coen, así que permitidme un momento para felicitarme a mí mismo por la parte que me toca (si es que son como de casa).

Y hablando de los de casa, ciertos mutantes anónimos de ultraderecha andan por radios y foros de internet repitiendo lo que supongo que debe de ser una de sus consignas para esta semana, que qué vergüenza lo de Bardem, “ese antiamericano que luego se caga por la pata abajo cuando le dan un oscar”. Siempre llama la atención comprobar lo joven y activa que se conserva en pleno siglo XXI la España Negra (y qué elegante) . Luego se extrañarán de que la gente se marche fuera a trabajar.

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