Veo Death Proof otra vez y llego a la triste conclusión de que en mi comentario del lunes 3 me quedé muy corto sacándole punta al tema... Resistiendo la tentación de hacer trampa y reescribirlo subrepticiamente, me limito a ampliarlo con un par de nuevas observaciones de interés más bien escaso, y así ya tengo excusa para publicar un dibujo nuevo...
(Spoilers ligeros)
1. No había caído hasta qué punto ese cabrito maquiavélico de Tarantino ha construido su película (ya de entrada dividida nítidamente en dos partes) empleando repeticiones (grupos de conductores, frases de diálogo, locales en los que paran) y oposiciones (día / noche, mujeres / hombres, coche negro / coche blanco, chicas modernas y sexys / viejo fósil desfigurado, especialista acorazado / especialista a pecho descubierto). En esa línea, es seguramente un detalle de importancia que todo el curriculum conocido del Especialista Mike (Kurt Russell) se refiera a la televisión (series olvidadas de los 60 y los 70) en contraposición a Jungle Julia, que tiene un programa de radio, y a Abernathy, Zoë y amigas, que trabajan en el cine. Parece mucha casualidad como para no ser una broma metatextual sobre la historia del choque entre dichos medios (¿Video killed the Radio Star?) y también, por qué no, una alusión a la tele americana asesinando por saturación a la industria de la serie B, o de la B a la Z (películas, productoras y salas especializadas, las dichosas grindhouses), ese género que sin embargo de una u otra forma siempre acaba resucitando cual vengador justiciero en manos de pirados como Tarantino y sus amigos (un género "a prueba de muerte"). Siguiendo esta interpretación, el farsante de Mike no sería en realidad, como yo creía al principio, el espíritu encarnado de la serie Z (salvaje, cachonda y liberadora), sino más bien el poder destructivo instantáneo de la tele más rancia y arquetípica (y así se comprende mejor lo de este psicópata con pies de barro).
Este reparto de papeles se haría más explícito si supiéramos cuál es (o a cuál se parece) esa película dentro de la película en la que están trabajando las muchachas (porque casualmente, la especialista Zoë Bell, que se interpreta a sí misma, y Daryl Hannah, a cuya doble mencionan, estaban las dos en Kill Bill…)
2. La conexión con Planet Terror (o el misterioso asunto del ubícuo Earl McGraw, Ranger de Texas). Este personaje repetidamente encarnado por Michael Parks, que moría asesinado durante un atraco en Abierto hasta el amanecer a manos de los hermanos Clooney-Tarantino y reaparecía en un flashback de Kill Bill II investigando la escena del crimen de la masacre de la iglesia, es ahora, junto a su hija la doctora Block (Marley Shelton), el nexo de unión entre dos películas tan incompatibles en estilo y contenido como Planet Terror y Death Proof.
¿Hay que tomarse en serio el cameo y esforzarse en encajar ambas historias en la misma continuidad narrativa? (encaje que no haría ningún bien a la peli de Tarantino porque el desenlace de la de los zombis, necesariamente posterior, amargaría bastante el regusto final de la del thriller con psicópata). Pues bien: teniendo en cuenta que:
a) Death Proof transcurre en un universo de ficción en que existe como tono de móvil A Twisted Nerve de Bernard Herrmann, esa nana siniestra popularizada por Kill Bill que sonaba cuando la tuerta Daryl Hannah se dirigía, disfrazada de enfermera, a rematar a Beatrix Kiddo (Uma Thurman) con su inyección letal...
b) McGraw era también un personaje de Kill Bill...
se puede concluir que, con semejante cacao de ficciones dentro de ficciones, Quentin simplemente nos quiere vacilar y no vale la pena calentarse más los cascos.
Ya está, eso era todo. Disculpen la paja mental…
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